XLVIII
Mundo sin alma que en flacos vacunos
oí morir de trepidantes mugidos
sobre mamíferas brasas
con vertiginoso clamor.
Los humeantes nonatos
en coro de llanto reprimido,
lloran partidamente
en la perversa nota musical de dios.
Ay de los mártires no nacidos!
Diego Libertad
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viernes, 30 de octubre de 2009
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