viernes, 30 de octubre de 2009

LXV

Afinca tus diez nuevas soledades,
pásales ojo, mídeles el átomo mayor,
la monótona minucia, a la vez,
que distintas cosas te nacieron,
y no supiste de aquel apóstrofe señor
su fleco auténtico,
su mala influencia, y a la vez,
a partir de tu querido anciano desertor,
el polémico antifaz de tu vergüenza.

Ya no ayuno señor mío de este adverbio,
aquí, delante, lejos!
Ya no, ufánico verdugo,
de tus plagas insaciables, yo me alejo.


Ay, más humano no puede ser este dolor!
Un solo vientre, un suspiro, una voz,
esta soledad!



Lima, 30 de octubre de 2009


Diego Libertad
© Todos los Derechos Reservados

No hay comentarios: